Infórmate Hoy y Siempre

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sábado, 13 de noviembre de 2010

La pelota en candela

Muy Pronto, deportes por un tubo...

jueves, 11 de noviembre de 2010

El pleito de nunca acabar




En el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) las rebatiñas y contradicciones parecen ser eternas, a pesar de que éstas han sido causantes de múltiples derrotas electorales a lo largo de su historia.

Cuando todos pensabamos que las condiciones estaban dadas para que ante el deterioro económico, social y político que se vive en el país actualmente; el PRD, actuando de manera mancomunada, iba a tomar el liderazgo nacional con miras a alzarse con el poder en el 2012, parece ser que nos olvidabamos de que la disciplina intrapartidaria era tema de debate en ese partido, y que en situaciones semejantes ninguna empresa puede salir ilesa.

Pero, una cosa piensa el burro y otra el que lo apareja, es notable que las pugnas internas infernales características de esa entidad política pesan más que el bienestar nacional y la tranquilidad ciudadana.

El actual gobierno que encabeza el doctor Leonel Fernández Reyna ha encausado la nación por el sendero del atraso económico y moral, de inseguridad social, del irrespeto mutuo, de la falta de convivencia, etc. En esta gestión se ha deteriorado la calidad de vida en todo el sentido de la palabra, desde un sistema de salud disfuncional hasta una educación con unos parámetros de calidad muy bajos.

Todas estas variables negativas son más que suficientes para que el glorioso PRD, en vez de estar disputándose cargos sin importancias para la colectividad, asuma el control del panorama político nacional. Sin embargo todo luce indicar que los líderes de esa organización prefieren deteriorar, primero su popularidad y luego ponerse de acuerdo mediante un convenio de aposento y entre élites, cuando puedría ser tarde para ablandar habichuelas.

El pueblo, aunque consciente de que de los daños que la administración Fernández y partido morado han provocado al país son incorregibles, dará un rechazo contundente una vez más a los pleitos y rebatiñas del más enraizado partido local.

Es hora de que Hipólito Mejía Domínguez, Miguel Vargas Maldonado y todos los líderes importantes del partido blanco entiendan, de una vez por toda, que con un partido erosionado y fragmentado no se llega a ningún lado.
Es hora de que el liderazgo del partido fundado en La Habana, Cuba, por un grupo de antitrujillistas en procura de llevar el país hacia la senda de la libertad, deje a un lado sus diferencias particulares y asuma su rol de lucha por los mejores intereses nacionales.