Infórmate Hoy y Siempre

Infórmate Hoy y Siempre

sábado, 5 de enero de 2013

¿Hacia dónde nos llevan?


Las declaraciones dadas por Sobeida Félix sobre las vinculaciones de políticos, policías y militares de alto perfil, jueces y fiscales con cárteles y narcotraficantes,  ponen en evidencia los señalamientos que por doquier el pueblo llano hace a los imputados.

Muchas son las personalidades del mundo de la política que por más de dos décadas han sonado como agentes encubiertos  o aliados del narcotráfico sin que se haya producido una investigación responsable sobre el asunto, y cuando se pasa del rumor público a señalamientos directos, entonces surge el pretexto hecho cliché de que: "Sí, recibí dinero de esa persona, pero no sabía que era narcotraficante". Nadie da lo suyo porque sí.

Recordemos la famosa entrevista hecha por César Medina a su amigo y ex Presidente Leonel Fernández con relación a un dinero que éste recibió  de Quirino Ernesto Paulino  para la campaña congresual y municipal del 2002 en el Sur. Leonel terminó dando la respuesta de siempre.

Más reciente aún, el divulgado caso del ex Presidente Fernández dando un picazo  junto a uno de los capos y mafiosos más grandes que han pisado suelo patrio, Arturo del Tiempo Márquez, cuyo propósito era dinamizar y promover la inversión extranjera con la construcción de una gran torre de apartamentos lujosos en la calle Pedro Henríquez Ureña del sector la Esperilla del Distrito Nacional.

Detrás de ese "inversionista" yacía oculta una banda de malhechores que operaban aquí y en España. El dueño de la Torre Atiemar, quien tenía como pasatiempo salir retratado con el Presidente y allegados, fue sorprendido en España con un alijo de cocaína de 1200 kilos procedente de República Dominicana, pero eso pareció "normal".

Las acusaciones y contracusaciones  se incrementan y se acentúan en tiempo de campaña, pero nada preocupa y la violencia engendrada por el dinero rápido y fácil de las drogas arropa la sociedad dominicana.

En el 2004, se señaló a figuras notables del gobierno de Hipólito Mejía de estar asociadas a una red mafiosa, con arraigo en las entrañas de las Fuerzas Armadas, dirigida nada más que por un capitán del Ejército. Sin embargo, poco se investigó al respecto.

Para las elecciones presidenciales del 2012, la crisis moral de los políticos dominicanos estuvo al borde de entrar en un estado de coma. La oposición acusaba incesantemente al gobierno del PLD (Partido de la Liberación Dominicana) de ser el más corrupto de la historia y de tener fuertes ataduras con el lavado de dinero y el narcotráfico.

El Gobierno, desde luego, usó su arsenal de alto calibre: los medios de comunicación de masas y bocinas pagadas con recursos del Estado y al servicio suyo para contracusar al candidato del principal partido de oposición de tener relaciones estrechas con el cártel de Sinaloa y su principal sostén, Joaquín Guzmán Loera, "el Chapo".

El PLD buscaba desesperadamente contrarrestar las imputaciones que públicamente hizo Ezequiel Rodríguez Cruz, extraditado por lavado de dinero y narcotráfico. Rodríguez Cruz dijo haber entregado personalmente dinero a varios dirigentes del PLD, incluyendo familiares del Presidente Fernández, pero eso no pasó de ahí.

En medio de los dimes y diretes, surgieron voces de ambos bandos pidiendo que ese tema no fuese tocado. Frente a esa realidad, ya no era necesario sospechar, todo estaba claro. No obstante, todo ha continuado oscuro y la justicia nuestra, de las peores y más inoperantes del hemisferio, sigue sin actuar.

Pero, el caso más contundente y debatido fue el del capo Figueroa Agosto, quien organizó con ayuda y protección de altos rangos de la Policía y las Fuerzas Armadas, la red de criminales más poderosa que en cuestiones de drogas ha habido en el país.

El dinero de Figueroa no tenía límites y era capaz de sobornar a todo aquel que ha visto el Estado y sus influencias como la empresa más idónea para adquirir riquezas.

Figueroa hizo amarres con todo tipo de personeros con poder para actuar en nombre del mal. Pero, lo más conmovedor de todo este barullo es que Figueroa haya dispuesto de 300 mil dolares y una yipeta del año en el 2008 para financiar parte de la campaña del ya señalado en casos serios de delincuencia de cuello blanco, Miguel Vargas Maldonado, a la sazón presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y candidato a la presidencia de la república.

¿Con qué moral hubiese podido actuar Miguel Vargas contra los delitos de Figueroa Agosto en caso de haber ganado las elecciones en el 2008?

La respuesta la dejo en el aire.

Pero lo más negativo de todo esto es que ninguna democracia, por más adocenado que esté un pueblo, puede sobrevivir ante tantos fallos intrasistémico y una justicia disfuncional y que luce dependiente de quienes cometen actos punibles.

No sé si desembocaremos en una dictadura, si un coronel o general pueda o no casarse con la gloria, pero la situación actual no debe ni puede continuar; es insostenible.




No hay comentarios:

Publicar un comentario