Infórmate Hoy y Siempre

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viernes, 20 de noviembre de 2009

La UASD luce estancada en pleno siglo XXI


Una tarde para olvidar

Al Desplazarnos por la UASD, podemos apreciar carencia de aulas aptas para la educación de estos tiempos, calles intransitables y sin designaciones, baños en mal estado y sin discriminación de géneros, oficinas ocupadas por personas con profesionalidad dudosa o de pobre desempeño, y una serie de elementos dañinos.


471 años después de su fundación la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) parece estar enmarcada en un estancamiento profundo, a pesar de los logros palpables que ésta ha logrado desde hace siete años.


Desde su fundación en octubre de 1538, la universidad estatal exhibe una evidente y notable falta de organización y ordenamiento, lo que hace de ella una institución que funciona con muchas limitaciones.


Al visitar la más antigua casa de estudios superiores del Nuevo Mundo, se puede apreciar carencia de aulas aptas para la educación de estos tiempos, calles intransitables y sin designaciones, baños en mal estado y sin discriminación de géneros, oficinas ocupadas por personas con profesionalidad o de pobre desempeño, y una serie de elementos dañinos y perjudiciales al buen desempeño de un organismo llamado a ser modelo de la institucionalidad del país

Calles intransitables


Un día previo al proceso de investidura que se celebra los 28 de octubre, decidí asistir a la UASD pero en condición de visitante para palpar los cambios que se han realizado en su estructura a partir del 2002. Eran las 2:00 p.m., quería contemplar los jardines que se han plantado en los centros de las calles principales del recinto y alrededor de algunas facultades, contemplar la gran biblioteca Pedro Mir, retirar unos documentos de mi esposa, comprar dos libros de redacción en el Economato y escoger un lugar de recreación para conversar con amigos universitarios.


Al caminar por varias de sus calles, vi que estaban congestionadas y prácticamente intransitables, eran las dos de la tarde cuando me encontré en medio de una disputa entre dos estudiantes que se atribuían como suyo un parqueo frente a la biblioteca, siendo esto una fiel señal de que en la alta casa de estudio no hay parqueos estratégicos, lo que hace de sus arterias un pandemónium, además de que muy pocas o casi ninguna tienen sus designaciones.


Carros, yipetas y motores de todas marcas y modelos, se apreciaban estacionados en ambos carriles de sus vías internas, sólo cediendo un pequeño espacio en el centro de las calles para el movimiento vehicular.


Aulas inapropiadas


Luego de una hora y media comencé a visitar algunas de las facultades para compararlas y contrastarlas, y el asombro me colmó. Noté como la Facultad de Economía, las aulas eran espaciosas, cómodas y limpias sin embargo en Jurídica y humanidades alrededor de 25 y 20 aulas respectivamente eran estrechas, incomodas y ruidosas, por la inmensa cantidad de estudiantes que circulan en los pasillos: hablando, canturriando, vociferando y a la espera de que un profesor termine su período de clase para entrar con antelación y ocupar un asiento o para guardar uno a un compañero que llegará más tarde.

No es apropiado mantener un ambiente caótico como este, ya que se logrará de todo, menos enseñanza y aprendizaje. Es imperativo que con todos los recursos económicos que manejan las autoridades uasdianas se construyan, próximo a cada facultad, 40 o 50 aulas para comodidad de los educadores y educandos.


Los baños


Algo cansado y agotado, alrededor de las 5:00 p.m., las necesidades fisiológicas se presentaron, obligándome a entrar a un baño, que por su silueta podíamos determinar que era para hombres pero al internarme a dicho lugar, el sobresalto fue terrible al descubrir que tanto hombres como mujeres acudían indistintamente, es más, en ocasiones el número de mujeres era mayor al de los hombres, a pesar de que el baño era para los últimos.


Pero, esto no era lo más preocupante, pues las féminas podrían estar expuestas al acoso de los hombres maniáticos que por encima de las divisiones de los baños las acechan, llegando a masturbarse en algunos casos.


Oficinas ineficaces


Las sorpresas y sobresaltos se convirtieron en disgusto cuando a las 5:15 p.m. pasé por registro a retirar una carta para el exequátur de mi esposa, que según el ticket amarillento y estrujado, indicaba en la fecha de entrega 27/10/2009. Al requerirle a la dependiente el documento, me dijo sin preocupación alguna desde su asiento muy cómodo y negro, que no estaba listo. Le reproché, señalando que la fecha indicada era ésa y le mostré el recibo, respondiéndome que ella no sabía de eso. Ante esa actitud afrentosa, me llené de frustración e ira. Pero me consolé cuando me trasladé al Economato a comprar dos libros de redacción periodística.


Ya en el lugar que acabo de mencionar, la rabia y el furor se apoderaron de mi ser cuando después de tener los textos en las manos, tuve que tardar media hora en una fila que parecía interminable, pero no por la cantidad de personas en turno, sino por lo lenta que era la dependiente, pero para su defensa, era una sola. Cuando llegué hasta ella, entablé una conversación amistosa para sacarle informaciones valiosas. Le pregunté que cómo había logrado el empleo y me respondió que la había ayudado una amiga que es “jefa” en la academia de estudios superiores.


Esto nos dice que en esta institución el amiguismo y nepotismo andan por sus fueros, y viendo las cosas así, no lograremos una universidad moderna y eficiente.

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