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martes, 21 de julio de 2015

La Teoría de la Doble Espada


La Teoría de la Doble Espada

Por Manuel Espinal

Constantino
 Si bien es cierto que Jesús preconizó la idea de contemporizar con el sistema de dominio romano (A César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios) y  Pablo de Tarso la de colaborar con el sistema de organización social, económico y política soberana y coercitiva (Estado),  dado que el hombre es de naturaleza dual –espíritu y materia- y que por lo tanto debía haber una balanza entre dos poderes uno representado por la Iglesia (espiritual) y otro por el emperador (temporal), no es menos cierto que en la medida que el Cristianismo representado por la Iglesia fue legalizado por Constantino y su famoso edicto de Milán 313, y a la vez trazó las pautas institucionales del imperio romano, asimismo fueron surgiendo una serie de doctrinarios cristianos entre ellos Irineo, Orígenes, San Juan Crisóstomo, Eusebio de Cesarea que le endilgaron un nivel de superioridad al poder divino, y que las conductas morales que normarían la vida imperial debían estar apegadas a dicha doctrina, y en caso de apartarse de los cánones clericales, entonces el hombre no estaba supuesto a obedecerlas.

Jesús de Nazaret
Para sustentar tales principios, la Iglesia  puso de manifiesto la ideología patrística con el objeto de defender las normas cristianas por encima de cualquier otra creencia pagana hasta caer en el plano de lo herético. Entonces ahí se pone de manifiesto que esta ideología eclesiástica priva a la persona de la libertad. Esa libertad que preconizó Mijail Bakunin que, según éste, se encuentra en el individuo mismo; y que el hombre será libre cuando la libertad sea el resultado de la libertad de los demás, y eso no es posible en el mundo religioso, aunque en el fondo las religiones persigan el mismo fin: lo celestial, la ultravida.  

Volviendo a los doctrinarios cristianos, he aquí algunas de sus conclusiones con relación al poder espiritual representado por el Papa y la Iglesia como institución y el poder temporal bajo la égida del emperador:

·         Irineo.- Fue el más balanceado en cuanto a su teoría, y sostenía que el poder del hombre sobre el hombre fue dado por Dios para que éste, que había dejado de temer a Dios, temiera al poder de su par, ya que el hombre en sí mismo se había vuelto muy violento.

·         Orígenes.- Se puede únicamente obedecer a las leyes del Estado si son conformes a la ley de Dios (ley divina y natural). En cambio, si las leyes del Estado se desvían de éstas de las de Dios, debemos ignorarlas.

·         San Juan Crisóstomo.- Afirmó que los cristianos no debían obediencia al príncipe, sino a Dios, reafirmando la postura de supremacía del poder eclesiástico sobre el estatal.

·         Eusebio de Cesarea reafirmó dicha supremacía al reconocer en Constantino el único mortal divino y aseveró que éste había sido elegido por Dios para gobernar.

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