La Teoría de
la Doble Espada
Por
Manuel Espinal
Constantino |
Si bien es
cierto que Jesús preconizó la idea
de contemporizar con el sistema de
dominio romano (A César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios) y Pablo de Tarso la de colaborar con el sistema de
organización social, económico y política soberana y coercitiva (Estado), dado
que el hombre es de naturaleza dual –espíritu y materia- y que por lo tanto
debía haber una balanza entre dos poderes uno representado por la Iglesia
(espiritual) y otro por el emperador (temporal), no es menos cierto que en la
medida que el Cristianismo representado por la Iglesia fue legalizado por Constantino y su famoso edicto de Milán
313, y a la vez trazó las pautas institucionales del imperio romano, asimismo
fueron surgiendo una serie de doctrinarios cristianos entre ellos Irineo, Orígenes, San Juan Crisóstomo,
Eusebio de Cesarea que le endilgaron
un nivel de superioridad al poder divino, y que las conductas morales que
normarían la vida imperial debían estar apegadas a dicha doctrina, y en caso de
apartarse de los cánones clericales, entonces el hombre no estaba supuesto a obedecerlas.
Jesús de Nazaret |
Para sustentar tales principios, la Iglesia puso de manifiesto la ideología patrística con el objeto de defender las normas
cristianas por encima de cualquier otra creencia pagana hasta caer en el plano
de lo herético. Entonces ahí se pone de manifiesto que esta ideología eclesiástica
priva a la persona de la libertad. Esa libertad que preconizó Mijail Bakunin que,
según éste, se encuentra en el individuo mismo; y que el hombre será libre
cuando la libertad sea el resultado de la libertad de los demás, y eso no es
posible en el mundo religioso, aunque en el fondo las religiones persigan el
mismo fin: lo celestial, la ultravida.
Volviendo a
los doctrinarios cristianos, he aquí algunas de sus conclusiones con relación
al poder espiritual representado por el Papa y la Iglesia como institución y el
poder temporal bajo la égida del emperador:
·
Irineo.-
Fue el más balanceado en cuanto a su teoría, y sostenía que el poder del hombre
sobre el hombre fue dado por Dios para que éste, que había dejado de temer a Dios,
temiera al poder de su par, ya que el hombre en sí mismo se había vuelto muy
violento.
·
Orígenes.-
Se puede únicamente obedecer a las leyes del Estado si son conformes a la ley
de Dios (ley divina y natural). En cambio, si las leyes del Estado se desvían
de éstas de las de Dios, debemos ignorarlas.
·
San
Juan Crisóstomo.- Afirmó que los cristianos no debían
obediencia al príncipe, sino a Dios, reafirmando la postura de supremacía del
poder eclesiástico sobre el estatal.
·
Eusebio
de Cesarea reafirmó dicha supremacía al reconocer
en Constantino el único mortal divino y aseveró que éste había sido elegido por
Dios para gobernar.
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