El caso Sosa no sorprende

Sammy Sosa

Personas ligadas al mundo del beisbol se han sorprendido con el caso Sammy Sosa, cosa que no ha sucedido conmigo, porque después de lo que ha acontecido recientemente, ya nadie se asombra con cualquier información relacionada con esteroides en el ámbito de la pelota de Grandes Ligas.

Muchas personas dicen que el asunto es racial, algunas que ésto ha sucedido por el mal manejo que las ligas mayores le han dado, varios que es contra los dominicanos porque son los mejores y otros deciden mantenerse escépticos al respecto, entre otras cosas.

Sin embargo, me inclino por el mal manejo que ha dado la elite de la MLB, principalmente el comisionado del negocio, Bud Selig. Este, evadiendo su responsabilidad en el asunto de consumo de sustancias para mejorar el rendimiento del jugador, puesto que a sabiendas de que todos, tanto peloteros como autoridades del gran show estaban conscientes de que ésto sucedía sin control y que no hicieron lo adecuado para corregir los entuertos, ha decidido irse por la tangente, echando toda la culpa a los jugadores, que tampoco supieron defenderse.

Tanto los jugadores como el comisionado del gran pasatiempo de la familia caribeña debieron aceptar desde el principio las imputaciones que se establecieron en contra suyas. Debieron dar el frente y decir que eso no estaba prohibido en el beisbol y que por lo tanto lo usaban y ya.

Pero cayeron en la trampa de los enemigos del beisbol y mintieron para tratar de ocultar algo que ya era muy evidente. El reultado, todos lo sabemos: un desastre.

Luego se destapa una de las figuras más excéntricas y contradictoria de la pelota, José Canseco, inculpándose y acusando a otros de consumir por lotes medicamentos y hormonas no lícitas para actividades de carácter competitivo.

Todos, señalados y no, rechazaron de entrada las acusaciones, pero después de pruebas no anticipadas e interrogatorios al respecto, se ha descubierto que sí. Se mintió al mundo desde ese litoral y ahora han venido algunas super estrellas, de la década pasada y de la presente, a declararse culpables y disculparse ante todos. Cosa que debieron hacer desde que salieron a la luz pública los primeros señalamientos.